17 Ene El choque cultural
El choque cultural es algo que nos ocurre cuando llegamos como viajeros voluntarios a un país nuevo, es la consecuencia de la pérdida de contacto con lo que consideramos familiar o con lo que estamos acostumbrados en términos de cultura y relaciones sociales.
Al entrar en un nuevo país muchas cosas habituales para nosotros desaparecen casi de inmediato, nos sentimos indefensos y no sabemos cómo reaccionar ante el nuevo medio que nos rodea, a esto le suele seguir un sentimiento de frustración y preocupación.
Si eres consciente de esta situación te será beneficioso en el proceso de adaptación y te ayudará a tener una mente más abierta durante tu voluntariado. 👉🏻 https://viajevoluntariadoyumari.com/.
RESPETO Y EMPATÍA
Es fundamental tener una actitud absolutamente respetuosa hacia la cultura que te acoge durante tu viaje de voluntariado.
Respetar la cultura que te acoge (con sus aspectos positivos y negativos), no equivale a compartir todas sus prácticas y tradiciones, pero sí a no tener una actitud empática y constructiva. Comportamientos que para nosotros son insignificante y totalmente normales, pueden ser una ofensa y una gran falta de respeto en otra cultura.
No olvides que, como voluntari@, serás la imagen, la cara visible, de un colectivo y de un proyecto. Como participante de un proyecto de coope- ración, representarás unos valores – los de tu organización –, por lo que ir a contracorriente de las normas y costumbres de la cultura que te acoge significa que la falta de respeto irá mucho más allá de ti mismo y se hará extensible a la organización. Se trata de pensar en colectivo, asumiendo que eres parte de un proyecto y que no viajas como un turista independiente.
No vas a ayudar si no muestras respeto por la cultura y el entorno en el que te encuentras, aunque en ningún caso eso significa que compartas todas las normas y costumbres con las que convivas.
No tengas miedo de formar parte en las tradiciones y costumbres locales, te servirá para enfocar la colaboración como voluntario y ampliar tus conocimientos. Es la mejor forma de superar el choque cultural y de adaptarse a tu nuevo hogar y nueva vida.
No olvides que colaboras en países en vías de desarrollo donde el modo de vida es muy básico y en muchas ocasiones hay falta de higiene, las comidas serán muy diferentes a lo que tu conoces, la forma de relacionarse en la familia será completamente nueva para ti , no entenderás muchas cosas que suceden , su forma de interactuar puede ser que no la entiendas.
Prepara tu mente antes del viaje
Preparaté para el imprevisto, se flexible y acepta las cosas como vengan, esa es la clave del éxito de tu experiencia.
Para vivir un voluntariado de éxito, es fundamental ser flexible y tener una buena capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias y a los cambios en el día a día de nuestra colaboración. La rigidez no tiene cabida, y debes dejar paso a la improvisación y a la tolerancia al cambio.
Además, debes ser capaz de adaptarte a un nuevo entorno y a unas condiciones de vida muy diferentes a las tuyas (a menudo, bastante más duras).
En una experiencia de este tipo, eres tú quién debe adaptarse a las necesidades de la ONG, y no a la inversa.
Lleva tus ganas de ayudar e implicaté en el proyecto.
Tus propuestas deben ser beneficiosas para la comunidad con la que colaboras y nunca responder a tus deseos y a lo que tú consideras positivo.
Los voluntarios somos una inyección de aire fresco para las organizaciones, y proponer nuevas acciones (nunca llevarlas acabo sin consultar) puede ser de mucho valor para el crecimiento del proyecto.
Esto no significa, en ningún caso, juzgar y destruir las actuaciones que ya se llevan a cabo. Sino proponer nuevas acciones que complementen y enriquezcan la línea de trabajo de la organización. Tus propuestas deben ser beneficiosas para la comunidad con la que colaboras y nunca responder a tus deseos y a lo que tú consideras positivo.
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